septiembre 13 2024

Parte 2: El cuidado y la familia

En esta segunda parte de nuestro especial de cuidado y familia dialogamos con Wendy Becerra, coordinadora de servicios del programa de Antioquia y con Ángela Giraldo, coordinadora nacional de formación y posicionamiento del saber.  

Lee aquí la primera parte de este especial sobre el cuidado

La feminización del cuidado 

Ángela Giraldo explica lo relevante que es la comprensión del cuidado desde una mirada histórica, ya que esto nos permitirá evidenciar cómo se ha entendido el cuidado en distintos periodos de tiempo, al igual que la forma en la que actualmente se le otorga importancia a los trabajos de cuidado. Esto último, deja en evidencia que todavía la aproximación y reconocimiento a este tipo de tareas y labores es incipiente y está en en construcción, pues en la práctica el trabajo sigue siendo asumido en su mayoría por mujeres. 

Lo anterior revela lo que se conoce como la feminización del cuidado, en el que la responsabilidad de este tipo de labores se atañe a las mujeres, aquello basándose en sesgos de género, al igual que sistemas jerárquicos que sitúan a estas labores como femeninas. En este sentido, la feminización de los trabajos de cuidado se ve reflejada en que dentro de las familias haya una sobrecarga de las mujeres que asumen estas labores; otro de los efectos de este fenómeno es el que hay áreas dentro del mundo laboral y profesional que se han feminizado, entre ellas las que se ligan al cuidado como la enfermería, la pedagogía, el trabajo social, entre otros. 

El cuidado: un compromiso pendiente de la sociedad 

En este sentido Ángela Giraldo explica que el hecho de que se hayan atribuido las labores de cuidado a las mujeres ha sido en detrimento de muchas de sus propias dimensiones de desarrollo, como, por ejemplo, el concretar sus proyectos de vida, la interacción en espacios independientes al núcleo del hogar o el avance de estudios académicos. 

Giraldo añade que frente a los trabajos de cuidado es fundamental que estos sigan siendo motivo de estudio, de análisis y de reflexión para trascender estas configuraciones y conceptualizaciones del cuidado, a la vez que se permite proyectar y construir alternativas que partan del cuidado como una responsabilidad de toda la sociedad en su conjunto.  

Es importante reconocer los avances que nuestra sociedad ha tenido en la comprensión de las labores de cuidado, por ejemplo, al considerar la remuneración de estos, que estará muy relacionado con reconocer el papel fundamental que tiene en mantener el bienestar y el desarrollo de las y los ciudadanos. 

Avances en el reconocimiento del trabajo de cuidado 

Frente a estas ideas, Wendy Becerra explica que en las sociedades contemporáneas hay avances significativos en el entendimiento de este tipo de trabajo de cuidado, lo que ha representado, además de la remuneración de estos, la redistribución en los ámbitos familiares y sociales teniendo como eje el entendimiento del cuidado como una responsabilidad no solo familiar, sino comunitaria. 

Así mismo, añade: “Sabemos que el tema de cuidado, primero, demanda mucha carga a nivel emocional para la persona cuidadora y, segundo, implica elementos sociales y económicos, es por esto, que si reconocemos la importancia del cuidado, podremos establecer acciones que le permita a las personas que están asumiendo con una labor ser también sujetos de cuido”. Y es que cuidar a la persona cuidadora debe ser una prioridad garantizando descanso, espacios de coneción consigo mismo, tiempo para dedicar a su plan de vida, entre otros, porque muchas veces asumir el cuidado ya sea de un hijo o hija, de una persona mayor o en condición de discapacidad empieza a afectar en sus dinámicas personales y su proyección de vida, siendo necesario el pensar estrategias que cuiden a la persona cuidadora. 

Aldeas Infantiles SOS en Colombia y la reflexión sobre el cuidado 

Una de las ideas que impulsa Aldeas Infantiles SOS es que las tareas, trabajos y labores de cuidado sean tanto reconocidos, como motivo de análisis permanentes, explica Ángela Giraldo, es por esto mismo que resalta la labor y el papel de las personas referentes afectivas en el contexto del cuidado donde se desenvuelve nuestra organización. ”El cuidado, el acompañamiento y guianza de los niños y niñas es fundamental para brindar los entornos familiares y protectores que caracterizan nuestros programas tanto de fortalecimiento como de acogimiento familiar”, resalta. 

Y agrega también que la organización viene trabajando en la profesionalización de la labor de cuidado, pues hace parte fundamental de la promesa que hacemos con las niñas, niños y familias. “Una reflexión que hago con las referentes afectivas permanentemente, es que la organización al contar con esa labor de cuidado, [desarrolla] procesos (...) para ser profesionales del cuidado, y eso es lo que nos caracteriza, porque es lo que hace posible el cuidado de calidad”. 

Así mismo, resalta la forma en que desde la organización se ha venido impulsando la participación de hombres cuidadores y referentes afectivos, a lo que añade, Ángela Giraldo: “El porcentaje de referentes afectivas mujeres es mucho más alto, pero hemos logrado también involucrar a través de nuestros procesos de selección, algunos hombres que ejercen esta labor y la ejercen con todo el amor, con toda la responsabilidad, generando procesos de confianza y de cercanía con las y los participantes”. 

También menciona que Aldeas Infantiles SOS se ha involucrado en la reflexión del cuidado desde estrategias que implican a las personas cuidadoras, por ello se les concibe como un pilar de la organización, por lo que se construyen procesos de formación, desarrollo y bienestar: “lo que pretendemos siempre es buscar el equilibrio entre la vida profesional y la vida laboral de esas mujeres y de estos hombres que se dedican al cuidado”. 

 

Es así como desde Aldeas Infantiles SOS nos sumamos tanto a las reflexiones, como a las estrategias que buscan sumarse a las 3R de la agenda de cuidado, que implica reconocer, remunerar y redistribuir el trabajo de cuidado, aquello impulsando y reconociendo las labores de cuidado dentro de nuestra organización, como resaltando la importancia de desfamiliarizar el cuidado pasando a asumirse como una responsabilidad de la sociedad. 

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