“La familia es lo más bonito”: Francisca, la historia de una familia migrante
septiembre 5 2023

“La familia es lo más bonito”: Francisca, la historia de una familia migrante

“Yo soy venezolana, vengo migrando de Caracas; venimos, por mis hijos”, así inicia la conversación Francisca* una mujer que, desde hace tres años, vive en La Guajira, más exactamente en La Pista, el asentamiento de población migrante más grande de Colombia, ubicado en Maicao.  Ella comparte su vida junto a su pareja sentimental y sus tres hijos: una adolescente de 13 años, un niño de 11 y otro de 8 años. 

Continua su relato: “yo vine con el propósito de cambiar, de que mis hijos estén bien acá y no sufran como sufrieron allá. Porque allá la alimentación no es muy buena para los niños y el trabajo es fuerte, muy fuerte, por eso yo me vine migrando con mis hijos”. Dice que salir de su país y migrar fue fuerte para ellos, pues cada paso que daban era algo nuevo, cada paso era pisar la incertidumbre sobre lo que pasaría con su futuro. Una situación a la que se enfrentan las familias afectadas por la migración venezolana en Colombia y el mundo. 

Pero el tiempo hizo lo suyo y se fueron adaptando a su nueva vida, o mejor, fueron construyendo una nueva, en la que aprendieron que el amor por la familia lo es todo. 

 

 

En medio de la migración, el amor enseña 

Francisca* pasó momentos difíciles no solo en el camino, según relata, tenía problemas con sus hijos y se sentía ahogada, “estaban rebeldes, no sabía cómo orientarlos, [y entonces] fue cuando llegaron las ‘seños’ (colaboradoras de Aldeas Infantiles SOS) y me dijeron cómo tenía que ser paciente, hablar con ellos, conversar, no presionarlos, sino apoyarlos, conversar con ellos, acudirlos como una gallina calentando sus pollitos”, así recuerda Francisca* el momento en que Aldeas Infantiles SOS llegó a su vida y a la de su familia.  

Para ella participar en el proyecto de fortalecimiento familiar ha significado un cambio en la manera de entender y de relacionarse con sus hijos y su pareja. “Vi bastantes cambios porque ya yo los comprendo más, ellos me tienen más confianza, tienen la confianza que no tenían conmigo y tengo la confianza que no tenía con ellos” Según relata Francisca después de los talleres sus hijos no solo quieren estar con ella, sino que se ha fortalecido la relación con su papá, juegan y pasan más tiempo juntos. “Lo que yo he aprendido es sobre la familia, por los niños, había muchos niños descarriados aquí, entonces las mamitas ya saben que no pueden soltar a sus hijos así nada más, que ellas tienen que estar pendiente de sus hijos. Usted como mamá tiene que estar es con sus hijos, tienen que hablar con ellos y no solucionar a golpes. Y es que [lo que] enseña [es] el amor”, concluye Francisca* 

Las familias migrantes, una fuerza que resiste 

Muchas familias en contexto de movilidad humana se enfrentan a múltiples retos, como son: llegar a un nuevo lugar, sentir propio el espacio que se habita, ser recibidos o excluidos, encontrar opciones labores, acceder a derechos básicos como salud, alimentación y vivienda; además, de prevenir o superar los riesgos que conlleva la migración para sus hijos e hijas. Y, justamente, para dar respuesta a esas realidades los proyectos de asistencia humanitaria buscan fortalecer a las familias y a la comunidad en torno a la protección e integración de niños, niñas, adolescentes y familias afectadas por el contexto migratorio. 

La historia de Francisca* es ejemplo del impacto de estas acciones y ella lo expresa con sus palabras, así: “yo le digo a las familias que se amen, se quieran bastante, quieran a sus hijos. Que en la mañana, en la tarde, en el día y la noche le den su abrazo, su beso, porque los hijos son únicos y la familia es lo más bonito”. 

Sobre nuestros proyectos de asistencia humanitaria 

En Aldeas Infantiles SOS en Colombia damos asistencia humanitaria a la población refugiada y migrante procedente de Venezuela, ubicada principalmente en: La Guajira, Nariño, Valle del Cauca, Cundinamarca, Bogotá, Norte de Santander Tolima, Cartagena y en Santander. De 2020 a 2022 hemos brindado atención a aproximadamente 71.000 personas en contexto de movilidad humana. 

Nuestra atención se centra en brindar servicios integrales de protección, especialmente para niños, niñas, adolescentes, madres gestantes, lactantes, y sus familias, que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad y en un alto riesgo de llegar a perder a sus hijos e hijas.  

Desplegamos atenciones y servicios centrados en: prevenir la separación de los niños y las niñas de sus familias; buscamos la manera en que los niños, niñas y adolescentes que se encuentran no acompañados o separados sean acogidos en modelos familiares mientras logran reencontrarse o reunificarse con sus familias. Y fortalecemos a las familias y las comunidades en el cuidado, crianza positiva y entornos protectores para la niñez. 

*Nombre cambiado por protección 

 

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