agosto 13 2024
“Quiero ser líder para proteger a mi comunidad" Conoce la historia de Francy
Francy, una joven mujer, migró de Venezuela hace ya algunos años. Dejó atrás la tierra que la vio nacer porque la necesidad y la desesperanza se habían convertido en la cotidianidad para ella y su familia. Con el corazón afligido, decidió buscar un nuevo comienzo en otro país, fue así que llegó a Colombia.
Así lo relata Francy: “vine a Colombia por una mejor vida, porque allá estábamos pasando bastante necesidad. Yo me vine con mi pareja, porque allá (...) no teníamos como comer, no teníamos cómo sustentar a mi hijo que en aquel entonces estaba pequeño. Llegamos acá (Riohacha, La Guajira) y reciclamos, comimos en la calle, dormimos en la calle, hasta que llegamos a la invasión”. Ella se refiere a la invasión “Milagro de Dios”, a la que llegan muchas familias en condición de migración, pues encuentran allí una opción para asentarse y hallar refugio.
Su llegada, y la de muchas familias migrantes, a "Milagro de Dios" estuvo marcada por la carencia, pero también por la solidaridad. Fue allí donde Francy conoció a Aldeas Infantiles SOS, a través de los proyectos de asistencia humanitaria para la crisis migratoria que la organización implementa en esta región de Colombia desde hace siete años. “Aldeas nos abrió mucho las puertas acá en Colombia, en aquel tiempo yo no tenía mi bebé, estaba con mi barriga apenas, yo no tenía nada y pasamos hambre. [Fue] un tiempo muy duro para nosotros. Aldeas fue nuestra mano y nuestro apoyo”, dice con cariño Francy.
De la adversidad al liderazgo
Con el tiempo, Francy se involucró cada vez más con la labor de Aldeas Infantiles SOS en su comunidad. Se contagió del compromiso y el cariño con el que la organización trabaja día a día por la protección de la niñez y las familias en contexto de movilidad humana y eso la inspiró: "Quiero ser líder para proteger a mi comunidad", declara con determinación.
Francy es hoy una agente comunitaria que comparte sus conocimientos sobre cuidado, protección y prevención de todo tipo de riesgos para la niñez y las familias. Ella ahora se reconoce como una mujer empoderada: “Yo veía cómo hacían las cosas, cómo se llenaba un formato, cómo caminábamos la comunidad con Aldeas, porque Aldeas camina, visita las casas de las familias. Aldeas ve las necesidades de cada quien. Entonces me fui empoderando y dije -también quiero ser líder de mi comunidad-, porque gracias a Aldeas yo vi la importancia de cuidar a los niños y quiero sacar la comunidad adelante. Las seños’ (colaboradoras de Aldeas Infantiles SOS) me enseñaron”.
Ser líder no fue solo un título para Francy, sino se convirtió en la posibilidad de retribuir lo que había recibido, de ser la voz y los ojos de su comunidad, de velar por aquellos que, como ella, lo habían perdido todo. “Aprendí sobre la prevención y la protección, qué son los derechos de los niños, yo no sabía qué era un maltrato, eso lo aprendí por medio de Aldeas Infantiles. Yo pensaba que Aldeas trabajaba solo con niños, pero no Aldeas protege a toda la familia”.
Francy ahora sabe que es necesario aprender a proteger y prevenir los riesgos a los que se enfrentan las niñas, niños y sus familias porque para brindar un entorno seguro se necesita el compromiso de todos. “Necesitamos protección, [tener] con quién hablar, con quién expresar lo que uno a veces siente. A veces uno como como madre trata de dar la mejor cara, pero uno también necesita desahogarse con alguien”, asegura.
En esta historia Francy no solo recibió, sino que aprendió a dar. En medio de la adversidad, se convirtió en un faro de esperanza para su comunidad, esa que tanto ama y la motiva día a día a aprender, capacitarse y fortalecerse. Los desafíos no han desaparecido por completo, pero ahora sabe enfrentarlos con la fuerza que da el saber que no está sola.
"El que conoce a Aldeas se enriquece en conocimiento, en sentimiento, en aprendizaje, no se va a sentir solo, porque ya uno siente a Aldeas Infantiles como la familia", dice con el corazón abierto. Francy sigue recorriendo este camino, no solo por sus hijos, sino por todos los niños y familias de su comunidad, “Milagro de Dios”, que ahora ven en ella a una guía, una líder comunitaria y una mujer que, a pesar de todo, nunca ha dejado de creer en un mañana mejor.
Respuesta humanitaria a la crisis migratoria en La Guajira
Desde 2018 Aldeas Infantiles SOS ha brindado respuesta humanitaria y apoyo a cerca de 30 mil niños, niñas, adolescentes, madres, padres y/o cuidadores en riesgo por movilidad humana en el departamento de La Guajira, mitigando los riesgos y propendiendo por el bienestar integral, la salvaguarda y desarrollo de la niñez, adolescencia y familias migrantes.
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