Hermanos es una palabra tan común en nuestro vocabulario, que ha dejado de ser utilizada únicamente para referirse a aquel ser humano con quien se comparte una madre o un padre, o ambos. En la actualidad, puede considerarse un hermano o una hermana a aquellas personas hacia las cuales se tiene un afecto tan fuerte que la palabra “amiga” o “amigo” se queda corta ante la amplitud de la experiencia y el sentimiento de amor y de cariño que se siente.
Camila y Juan y la espera de la llegada de su hermana
Y es que,en sus distintas características, la relación de hermandad nace de la fraternidad, la amistad y la complicidad, siendo muy importante, ese sentimiento casi indecible que lleva a querer que la otra persona sea parte de nuestra vida.
Camila: y el tejido de la hermandad como una relación de apoyo y amor
Es ese sentimiento el que los protagonistas de esta pequeña historia experimentan cuando se piensan como hermanos y hermanas. Camila se encuentra plenamente segura de que dicho sentimiento, entre otras cosas, es el que la motiva a concebir a sus hermanos y hermanas como parte fundamental de su vida y a darles sostén y apoyo ante las situaciones difíciles.
Es con esta motivación que todos los días ella se levanta y enfrenta los diferentes retos que su vida cotidiana como estudiante le demanda, para ella no ha sido un asunto fácil y esto la ha llevado a enfrentar un sendero de incertidumbre, dudas y miedos ; sin embargo, sigue siendo ese horizonte de disciplina, motivación y el deseo de ayudar a su hermano, lo que la lleva a superar los impasses propios de la vida, de su vida; bien sabe que no puede ser perfecta –nadie lo es–, pero si no se propone al menos acercarse, aunque sea un poco. ues quiere ofrecer a su hermana menor, Diana, un punto de apoyo que la impulse a construir su propio camino: porque ante todo, Camila sabe que un hermano o una hermana es un espejo, un referente hacia el cual se vira en aquellas ocasiones en que la desorientación toma el curso de los pensamientos y las acciones. Y es que, precisamente, Diana ve en su hermana un punto, una señal, un espejo que le muestra todos los días aquellas cosas por las que vale la pena luchar. A este respecto, Camila afirma:
“Yo a mi hermana le digo que estudie lo que quiera, pero que estudie y salga adelante. Yo le digo que me vea a mí, cómo me esfuerzo, y todo lo estoy logrando; ella sabe que no es fácil, pero al yo dedicarme a lo mío con disciplina, le estoy enseñando que ella también puede hacerlo”.
Camilo y la hermandad como un lugar de refugio
Sí, un hermano o una hermana es un espejo, pero también es refugio. Es ese lugar al que se vuelve una y otra vez cuando la vida no marcha, cuando avanza a los tumbos, cuando las cosas del mundo se tornan difíciles y se necesita a alguien que pueda acoger. Es así como Juan Pablo, desde lejos, ve en su hermana aquel faro que lo devuelve a la tierra y evita que naufrague en un océano cada vez más borrascoso.
Es difícil asumir el mando de la propia vida, aunque no se esté consciente de ello, pues para eso debieron darse primero algunas condiciones de las que, quizá y como todos sabemos, no todos pueden gozar. Sin embargo, un hermano puede ser ese espacio seguro en el que los problemas encuentran un aliciente y un bálsamo para continuar el viaje. Juan Pablo y Camila lo saben, y por ello se consideran el uno para el otro un lugar al que siempre podrán acudir en momentos donde es más necesario:
“A pesar de que él está por allá (en una institución) nosotros hablamos mucho, sobre todo por las noches. Él me cuenta sus cosas, yo le cuento las mías, y es bonito porque él se abre y me pregunta y me pide consejos cuando no sabe qué hacer. Me dice que me quiere y eso, y me gusta.”
Reconocerse mutuamente a través de la complicidad de los vínculos de hermanas y hermanos
Espejo y refugio, refugio y espejo. Ser hermanos y hermanas implica para nuestros personajes considerarse mutuamente, involucrarse mutuamente. Y que mejor ejemplo de ello encontramos cuando estos hermanos y hermanas observan en su el pequeño (que a sus ojos crece rápidamente) una persona que necesita cuidado y protección.
Y es que la hermandad implica cuidado mutuo, velar por la protección en común, escon esta consigna muy presente que Diana presta atención a su hermano Camilo, de quien desea siempre estar protegido y, de ser el caso, ayudar y defenderlo en los momentos en que es más vulnerable:
“Yo por mi hermanito hago todo. Si me toca enfrentarme a quien sea lo hago, porque él está pequeño y no se puede defender”.
Espejo, refugio y protección. No importa si es la más grande, o el más pequeño; todos y todas coinciden que lo mismo para la una y para el otro. Ser hermanos y hermanas implica un abarcarse todos y todas, un pensarse juntos y juntas, concebirse como un todo. Y ese todo tendrá, ahora, una parte más que enriquecerá la experiencia de tal modo que ya ha transformado las vidas, en mayor o menor medida, de estos hermanas y hermanas.
Corren tiempos distintos, buenas nuevas arriban al puerto y nuestros protagonistas se encuentran a la espera del milagro más misterioso de todos: el nacimiento. Una nueva vida se acerca, una nueva hermana se acerca; los días pasan y las horas son contadas, una a una, incrementando un sentimiento jamás experimentado antes, pues es un hecho sin igual, de manera consciente esperan la llegada de su hermana, que trae vientos de unión y de cambio:
“Ya queremos que nazca, estamos ansiosos. Ya le hemos comprado cositas, mejor dicho. Estamos muy contentos: todos y todas la esperamos”.
En Aldeas Infantiles SOS en Colombia creemos en la importancia de que los hermanos y hermanas permanezcan juntos, por eso a través de nuestro modelo de cuidado alternativo priorizamos estos vínculos.
*Este texto fue posible gracias a la contribución del Programa del Valle del Cauca a través de la iniciativa El valor de las historias, en la que los programas de la organización, con presencia a nivel nacional, compartieron sus testimonios, historias de vida, iniciativas comunitarias y contenido pedagógico para expresar a través de ellos la esencia de nuestra organización.