La llegada de Johan e Isaac fue una sorpresa para Merlyn. Ambos embarazos fueron un reto, no solo porque fueron de alto riesgo y tuvieron complicaciones, sino por la depresión que vivió antes y después de los mismos. Ella enfrentaba un nuevo reto que como madre ya que los cuidados que requería la condición de discapacidad de Johan, su hijo mayor, le iban a implicar más dedicación y esfuerzo.
Un hermano menor que impulsa el cuidado
Actualmente, Johan tiene 16 años e Isaac tiene 11 y si bien se cree que los hermanos mayores son lo que cuidan a los menores, esta historia nos muestra otro tipo de relación: mientras su mamá trabaja y se encarga del sustento económico, Isaac se involucra en aspectos sencillos, pero importantes relacionados con el cuidado de Johan.
Ahora bien, este rol no ha sido fácil, puesto que Isaac ha sentido en algunos momentos que Johan demanda mucha atención de su mamá por los cuidados que requiere y también ha tenido sentimientos de frustración por no comprender algunos comportamientos de su hermano.
En cualquier caso, al final de cada día, Isaac sabe que el amor de su mamá es incondicional y que su hermano con una sonrisa le demuestra que es feliz cuando juegan o comparten tiempo juntos.
Una relación de cuidado, complicidad y unión
El acompañamiento que Merlyn le ha brindado a Isaac ha sido fundamental para que él entienda a Johan y sus necesidades. Esto lo ha hecho involucrándole en aspectos cotidianos de cuidado y compartiendo momentos de alegría y unión, así como buscando estrategias para que sus hijos compartan a través de actividades que puedan realizar juntos, como jugar a la pelota, ver televisión y comer. Cada situación contribuye para que Isaac comprenda las habilidades y capacidades de Johan de acuerdo con su desarrollo y diagnóstico. Esta relación de cuidado, complicidad y unión ha permitido que la relación entre hermanos se fortalezca y sus elementos vinculares han sido de apoyo para su desarrollo, es por ello que, por ejemplo, Isaac le ha enseñado a Johan a comer pan y frutas, que antes no comía siendo esto un logro muy importante para sus necesidades nutricionales.
“Mi hijo menor no concibe s nada sin su hermano, y no permite que le hagan daño”
Entre Isaac son comunes las expresiones de afecto como besos y abrazos, el apoyo que brinda Isaac a las tareas que realiza Johan es frecuente; además, lo acompaña hasta que se duerme en las noches. Isaac muestra respeto por su hermano y procura que los demás lo hagan también, pues como lo manifiesta su madre: “mi hijo menor no concibe nada sin su hermano, y no permite que le hagan daño o que digan cosas sobre él”.
Es una relación recíproca, ya que Johan manifiesta interés y amor por su hermano con expresiones como sonrisas y movimientos de sus brazos, junto cuando Isaac llega del colegio o le ayuda con alguna actividad.
El papel de guía y apoyo de su madre Merlyn
También su madre Merlyn empieza a comprender cada vez mejor las maneras en las que puede establecer vínculos con su hijo, entendiendo la forma en la que él percibe su mundo, al mismo tiempo media en la relación de sus hijos, ya que cuando Isaac se enoja por algo que hace Johan, Merlyn habla con Isaac explicándole que los dos son distintos.
Es así que, a pesar de las dificultades que pueden surgir en la vida diaria, van fortaleciéndose como familia y formando juntos un entorno protector.
*Este texto fue posible gracias a la contribución del Programa Bogotá a través de la iniciativa El valor de las historias, en la que los programas de la organización, con presencia a nivel nacional, compartieron sus testimonios, historias de vida, iniciativas comunitarias y contenido pedagógico para expresar a través de ellos la esencia de nuestra organización.