agosto 18 2023
¿Cómo cuidar la salud mental de los niños y niñas en medio de temblores o riesgo de desastres naturales?
Los padres, madres, cuidadores, cuidadoras y sociedad en general, tenemos la responsabilidad de informar debidamente a las niñas y niños sobre los desastres naturales que pueden ocurrir en cualquier momento, como los recientes sismos presentados en el centro del país, la avalancha ocurrida en Quetame, Cundinamarca.
El exceso de información sobre los desastres naturales ocurridos o en riesgo de presentarse, y la falta de filtros en cuanto a imágenes de los destrozos, las víctimas o los heridos; puede ocasionar inseguridades, traumas y miedos en los niños y niñas que afectan su salud mental y esto es algo frente a lo cual los padres y cuidadores deben estar muy alertas.
Debemos ser un filtro frente a la información sobre los riesgos de los desastres naturales
Según lo explica Esteban Reyes, director nacional de Aldeas Infantiles SOS en Colombia, “es importante convocar a las familias, colegios y centros educativos a ayudar a los niños, niñas y adolescentes a comprender los riesgos de los desastres naturales, teniendo en cuenta sus edades e intereses. Los adultos debemos ser un filtro frente a la información que se exhibe en los medios de comunicación y redes sociales, para que las niñas, niños y adolescentes no tengan que interpretar solos esa información y pierdan su sensación de seguridad. Nuestro rol como adultos es acompañarlos en todas las situaciones a las que nos enfrentamos en la vida, y ser conscientes de que su bienestar depende de nuestra capacidad adulta de proveerles de un entorno protector”.
La información sobre estos desastres naturales, o el riesgo de ellos, sin contexto o explicación, puede generar en los niños sentimientos de ansiedad, miedo o tristeza, o presentar alteración del sueño, sueños angustiantes, irritabilidad, dificultad para concentrarse y estallidos de furia.
En ese sentido, los desastres naturales pueden ser, además, particularmente difíciles para los niños y niñas que han experimentado traumas en el pasado o que ya tienen un trastorno mental, emocional, conductual o del desarrollo antes de que ocurra el acontecimiento.
¿Cómo manejar la información sobre hechos naturales con los niños y niñas?
Te compartimos 11 recomendaciones para que la información sobre riesgos naturales sea manejada con responsabilidad por los padres o adultos responsables:
- Haga preguntas a sus hijos para saber qué tanto saben sobre el evento determinado.
- Tenga en cuenta la edad y el grado de desarrollo de su hijo para la conversación.
- Observe el interés de su hijo. Si su hijo no parece estar interesado en un evento o no quiere hablar sobre él por el momento, no lo presione.
- Responda sus preguntas honesta y brevemente.
- Diga la verdad, pero solo hable de las cosas que su hijo necesita saber.
- Escuche a su hijo con atención. Cuando los niños escuchan sobre un evento perturbador, ellos podrían preocuparse y más si puede afectarlos de forma directa.
- Está bien decir que no sabe la respuesta si su hijo hace una pregunta que lo deja perplejo, dígale que lo averiguará y luego lo conversan.
- Limite el tiempo que los niños ven la televisión y las redes sociales sobre este tema. Así mismo tenga en cuenta que es importante limitar el uso de las redes sociales a edades en donde ya exista un alto grado de comprensión y responsabilidad.
- Ayude a su hijo a sentir que lleva el control, explicándole cómo actuar. Enseñe a sus hijos a estar preparados e informarse sobre la prevención, más no a estar aterrados.
- Anime a su hijo a hablar sobre lo que le preocupa.
- Hablen sobre qué pueden hacer para ayudar. Después de un evento natural se pueden encontrar formas de colaborar, esto puede darle a los niños una sensación de control y aporte a la sociedad.
Por último, recuerde que ante cualquier situación de emergencia la calma es una prioridad y transmitirla a los niños y niñas es de vital importancia para evitarle sentimientos de angustia.
Aldeas Infantiles SOS está comprometida por los derechos de la niñez, la adolescencia, la juventud y las familias.
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