Un gesto de acogida: una comida caliente y el deseo de acompañar
Paula y sus hermanos recuerdan el día de su llegada a su nueva familia. Sus ojos estaban expectantes y temerosos, pero también llenos de anhelos y sueños al conocer a la mamá SOS Edith Lugo, quien los recibió en su familia con un cálido gesto de acogida que comenzó con una deliciosa comida caliente y con el deseo de acompañar, desde ese día y para siempre, la vida de Paula y sus hermanos: Felipe, Camilo y Jimena.
El día estuvo marcado por detalles significativos, por colores y sorpresas, y también, lleno de preguntas inquietantes, las cuales Paula, una joven de 15 años, se iba haciendo mientras iba conociendo a sus nuevos 5 hermanos de casa. Ese día Paula llegaría con muchas motivaciones y un sueño, que en ese momento era un gran anhelo, el convertirse en enfermera o doctora.
Y es que llegar Aldeas Infantiles SOS Colombia significaba ser acogida a través de una modalidad alternativa de cuidado, lo que significaba que ahora viviría en una casa familiar, aquello era extraño y diferente, ya que sus experiencias anteriores habían sido en instituciones, donde sus horas de juego, de comidas, de conversación y en general de la vida, estaban marcadas por largas filas, por un reloj que indicaba cuánto tiempo disponía para vivir y con ello, la imposibilidad de imaginar todo lo que podía hacer a su edad, a diferencia de lo que encontraría en este nuevo lugar, donde habría una dinámica y un entorno de familia.
Aldeas Infantiles SOS Colombia: evocar los momentos de la infancia y la adolescencia
“¿Dónde voy a dormir?, ¿Aquí todos los días son así?, ¿Cómo que les podemos decir tías?, ¿Qué va a pasar con mis hermanos?” interrogantes que se fueron resolviendo con el pasar de los días, y de los años, y que aún hoy, Paula sigue evocando en su memoria, recuerdos de su infancia y adolescencia, llenos de anhelos, deseos, de momentos alegres y otros retadores.
Al preguntarle a Paula por el recuerdo que tiene del día en que llegó a la Aldea, sus ojos se iluminan y casi que de inmediato responde “Lo acogedor que eran las casas, el olor, el orden. El ambiente era muy agradable… Olía a coco, a flores…También recuerdo la bienvenida tan agradable, la comida…” En ese momento Paula pausa la voz y con una inmensa sonrisa habla del cambio tan significativo que vivió cuando pasó de una institución y llegó a una familia, en la que realmente vivió en un entorno protector, con amor, respeto y seguridad.
El cambio: un reto para la vida de Paula
El proceso de cambio no fue fácil para Paula, pues lo propio del tránsito, llegar a un ambiente más libre y abierto y en sí, tener la posibilidad de tomar decisiones desde lo más mínimo hasta lo más complejo, hicieron que fuese un reto desafiante para ella. Una adolescente llena de propósitos y metas, con el deseo de alcanzarlas, pero con un proceso académico que empezó a verse afectado por la educación que venía recibiendo, como ella misma lo menciona “me sentía muy triste por no poder entender muchas cosas, le echaba más la culpa a los traslados por no haber tenido un solo colegio…”
A ello se sumaba también el desafío de compartir casa y convivir con otros ocho mundos diversos, distintos y con la misma posibilidad de ser y de soñar que ella tenía. Recuerda y relata que vivir en la Aldea incluyó ese reto de adaptarse, empatizar y entender la convivencia con los hermanos de la casa, convirtiéndose en esta vivencia en una oportunidad para fortalecer sus capacidades de diálogo y mediación. Así mismo resalta el apoyo y el acompañamiento incondicional que le brindaba la aldea, y cómo impulsaban sus sueños y proyectos.
El cuidado de sus hermanos
El cuidar de sus hermanos era una tarea compleja para Paula, requería hacerse presente en sus procesos, al mismo tiempo que se dedicaba al propio cuidado, su vida y cumplía con sus metas; el asumir el cuidado de Felipe, Camilo y Jimena, tenía que adaptarse con ser consciente que estaba creciendo y que empezaba a ser una joven con otros caminos por recorrer, con sueños y proyectos. Este momento para Paula fue uno de gran aprendizaje, esfuerzo, entrega y superación donde se enfrentó a retos y proyectó aquella trayectoria de vida, una que iba consolidando desde su llegada hasta el cumplimiento de sus propósitos.
Asumir elecciones y lo que viene en adelante
Crecer implica desprenderse, aprender, decidir y sobre todo asumir, asumir las elecciones y con ello lo que viene en adelante. Eso lo aprendió Paula durante todos los años que estuvo en Aldeas Infantiles SOS. Rememora que su mayor herramienta se la brindó su primer referente de acogida, sus hermanos de casa y de sangre, pero también su madre SOS, María Lucy, quien por muchos años acompañó con desvelos, con su presencia, con su voz firme, así como con su amorosa calma, que la vida tiene pruebas y que hay que avanzar siempre.
Fue a través del apoyo y el amor que recibió Paula que pudo hacer realidad su sueño de ser enfermera, carrera que le requirió estudiar días y noches, proceso que la llevó graduarse de su proceso académico como esperaba. A esos días de estudio, dedicación y proyección llegó una decisión y un nuevo rumbo para la vida de Paula: el decidir independizarse.
Prepararse para salir de la casa de acogida de Aldeas Infantiles SOS Colombia, resultaba ser doloroso y le generaba la misma expectativa del día que llegó y planteaba preguntas que una a una fue construyendo, resolviendo y transformando… ¿Cómo vivir fuera? ¿Qué pasaría con sus hermanos?, interrogantes que la acompañaron por días.
Pero de manera tranquila y amorosa comprendió que sólo el paso de los días, el sostener un vínculo seguro y con la claridad que estar presente va más allá de lo físico, fueron la brújula que le permitió soltar su familia de acogida y emprender el camino de ser autónoma e independiente.
Hoy, a 3 años de su salida del programa, Paula vive una vida tranquila, tiene una familia, en la que comparte sus días con su compañero y con su hija de 6 meses, allí les brinda el amor y cuidado que recibió en su casa de acogimiento. Ella trabaja como Enfermera y así día a día, poco a poco, sigue consolidando su propósito de vida.
Para finalizar, preguntamos a Paula cuál era su sueño de niña y responde “Ser Enfermera o Doctora” sonríe y cierra contando “Aldeas me permitió cumplir el sueño que tenía de niña…”
*Este texto fue posible gracias a la participación del programa del Valle del Cauca en la iniciativa El valor de las historias, en los que los programas de la organización, con presencia a nivel nacional, comparten sus testimonios, historias de vida, iniciativas comunitarias y contenido pedagógico para expresar a través de ellos la esencia de nuestra organización.