octubre 6 2021
“Todo se basa en el amor”, Nohora le pone mucho corazón a su labor
Nohora Guerra creció en una familia tolimense conformada por sus cuatro hermanos, su mamá y su papá, donde le enseñaron la unión y la ayuda al otro. Cuando terminó su colegio continuó sus estudios en la Universidad del Tolima en dibujo arquitectónico, lo que la llevarían a trabajar de la mano del Comité Cafetero durante varios años; sin embargo, un día una amiga le contó sobre una organización que se llamaba Aldeas Infantiles SOS Colombia.
A Nohora le llamó la atención el trabajo que Aldeas Infantiles SOS Colombia hacía con las madres sustitutas que cuidaban de niños, niñas y adolescentes, así que pactó con su amiga el ir a conocer más sobre la organización y las posibilidades de trabajar allí.
El comienzo en Aldeas: un rol que alimenta la vida de niños y niñas
Desde ese día de mayo de 2001, Nohora se enamoró de la labor de las referentes afectivas y se desempeñó desde esa fecha como una. Ella relata que dentro de la organización se ha desempeñado como madre sustituta, en sus primeros años, y, en la actualidad, como tía SOS, en ambos roles cuenta que la cautivó una labor ligada con el apoyo a niños y niñas, que se concretaba en estar allí en sus tareas diarias, así como en el acompañamiento de la construcción del presente de la niñez y la juventud.
Es por esto, que en este rol como referente afectiva, trabaja para implementar herramientas que les sirvan a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que acompaña, y asegura que “este es uno de los puntos más gratificantes de ser referente afectiva, ya que es ver cómo va evolucionando cada uno de los proyectos de vida que acompaño”.
“Todo se basa en el amor”
Además, ella describe con una frase su rol dentro de la organización y es que “Todo se basa en el amor” porque según ella este acompañamiento basado en el amor, el vínculo y el cuidado repercute de manera positiva en el desarrollo de los niños y niñas, y en la consecución de sus metas.
Sobre el proceso de ser referente afectiva cuenta que se siente muy orgullosa de esta labor, aunque también resalta que cada día es un reto porque muchas historias de niñas, niños y adolescentes son testimonios de vida marcados por situación de violencia y maltrato, pero que sin duda, ella busca apoyar no solo a través de un espacio de protección y amor, sino también de herramientas y de ser ejemplo de vida para que ellos puedan proyectar su vida.
Nohora nos cuenta que una de estas herramientas donde pueden establecer vínculos con los participantes, son las actividades que realiza como tardes de manualidades, de siembra de plantas, de reciclaje, ya que comenta que este espacio se vuelve uno de calor de hogar, así como de creatividad y unión familiar.
¿Cómo nace esta vocación?
Nohora cuenta que su vocación tiene origen en su familia, ya que allí le enseñaron desde muy pequeña a apoyar y ayudar a los demás y a sumarse a acciones comunitarias, es ese origen de esta vocación el que la llevarían a pertenecer durante estos veinte años a Aldeas Infantiles SOS en Colombia.
Y es que para ella la familia es “ese núcleo fundamental, donde todos recibimos valores, creencias y amor, y desde la organización queremos lograr que los participantes recuerden su infancia como una época linda, amorosa y donde se les protegió”.
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