noviembre 18 2021
Consejos para prevenir que los niños, niñas y adolescentes sean víctimas de abuso sexual
Para Aldeas Infantiles SOS el abuso sexual infantil es la utilización de un niño o niña por un adulto para la satisfacción sexual de sí mismo o de otros. Este acto violento puede ser con contacto físico o sin contacto físico.
Es muy importante reconocer que la mayoría de veces el abusador o abusadora está en casa o en cercana a la familia. Por eso, es indispensable acompañar a las familias para que desarrollen habilidades protectoras, ya que de esta manera podremos prevenir cualquier abuso hacia la niñez.
Tipos de abuso
-En el sentido de quien es el agresor el abuso puede ser:
• Extra-familiar, cuando el abusador es un conocido de la familia o un desconocido.
• Intra-familiar, cuando este pertenece a la familia.
-También se pueden diferenciar según la gravedad del acto:
• Abuso de la esfera sensorial, la excitación (visual, auditiva)
• Abuso al estado de la estimulación
• Abuso al estado de la realización (violación o tentativa de violación)
Esta breve clasificación nos lleva a considerar, primero que es contrario a la creencia popular que el agresor sea un extraño al medio familiar que ataca a su víctima en lugar ajeno, ya que las estadísticas demuestran que los abusadores se encuentran muy cerca de la víctima y gozan de la confianza de los padres siendo en una gran cantidad de casos, amigos, familiares directos o indirectos de ella.
Lo segundo que nos lleva a pensar es que el abuso sexual incluye formas que pudieran parecer inofensivas o inocentes como el exhibicionismo, la manipulación, la incitación verbal. Estos hechos que el/la niño/a es incapaz de comprender pero que intuye como impropios a su edad afectan a su desarrollo psíquico-emocional, decreciendo su autoestima por sentirse parte de un acto en el cual se le implica oculta.
¿Cómo podemos proteger de la violencia sexual a nuestros hijos e hijas cuando son niños o niñas?
-Para proteger a nuestros hijos e hijas, debemos darles los conocimientos, las habilidades y la confianza que necesitan para que se comuniquen con nosotros y así poder prevenir cualquier amenaza de violencia sexual, enseñarles cómo rechazar a las personas que traten de aprovecharse de ellos, aunque se trate de personas más grandes, más fuertes, más poderosas que ellos o que representen una figura de autoridad.
-Tenemos que ayudarles a nuestros hijos e hijas a reconocer las distintas formas de la violencia sexual y motivarlos a comunicar lo que ven y lo que sienten.
-Lo fundamental es crear en la familia un clima de confianza y apertura para que el niño o niña pueda hablar de lo que le ocurre, le preocupa, le extraña.
-Lo ideal es impulsar una labor conjunta entre la familia y los profesores de su escuela que permita al niño estar informado y protegido.
-Es muy importante evitar por todos los medios la agresión física del niño o niña (fajazos, palmadas, golpes) pues le hace vivir su cuerpo como algo que puede ser agredido y sobre lo que él o ella no tiene dominio; por tanto, queda expuesto a las agresiones de cualquier otro. Así mismo es importante evitar la agresión psicológica, como el trato humillante. Si un niño o niña es agredido en casa, aprende que la agresión es normal y que, por tanto, cualquier otro le puede agredir.
-Es necesario que el padre y la madre dediquen tiempo para comunicarse con sus hijos y hablar del tema de la sexualidad.
¿Cómo podemos proteger de la violencia sexual a nuestros hijos e hijas cuando son adolescentes?
Es fundamental crear un clima de confianza y apertura en la comunicación del padre y la madre con su hijo o hija adolescente para que pueda hablar de lo que le ocurre, le preocupa, le extraña.
La adolescencia es una etapa de experimentación y error en la que los hijos e hijas generalmente tienen comportamientos de rebeldía con los padres. Es la edad en la que los hijos e hijas empiezan a tener novios o novias y reciben mucha presión de estos para tener relaciones sexuales e iniciar su vida sexual activa.
El padre y la madre deben tener mucha paciencia para saber escucharlos, crear el momento y el espacio adecuado para comunicarse con sus hijos y hablar del tema de la sexualidad para saberlos orientar y apoyar.
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Enseñarles que ella es la que decide sobre su cuerpo y que la relación con su novio llegará siempre hasta donde ella quiera llegar, nunca más allá.
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Darle seguridad para que no ceda a una relación sexual con su novio por el chantaje de la prueba de amor, presionada por las comparaciones con otras adolescentes que ya tienen relaciones sexuales con sus novios, abrumada por las quejas de su novio, o doblegada por las imposiciones de su novio.
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Aclararle que ser la novia de un muchacho no significa cumplir o someterse a los deseos del otro: propuestas de relaciones sexuales, juegos que la hagan sentir mal.
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Educar a los adolescentes varones para que no se dejen influenciar por sus amigos o personas adultas que los presionen para iniciar su vida sexual.
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Que aprenda a reconocer los comentarios que son descalificaciones y agresiones reprimidas para bajar su autoestima haciéndola sentir que no vale nada.
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Que sepa identificar las diferencias entre amistad, afectividad, asesoramiento y sexualidad engañosa.
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Explicarle que ser la favorita para alguien especial como el tío, un profesor, o un consejero, no significa que deba ceder a la propuesta de una relación sexual con ellos. · La autoridad moral de una persona adulta de la familia o de una figura de autoridad como el maestro, entrenador, sacerdote, pastor evangélico, no implica poder sobre su cuerpo, ni el ser “amigos” implica sexualidad.
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Enseñarle que la sexualidad se vive en intimidad, pero las relaciones afectivas no se esconden. Lo que se oculta normalmente no es bueno: los sentimientos buenos se expresan y comparten ante los otros.