marzo 19 2021
Hogar y colegio: tips de acompañamiento educativo para la primera infancia primera parte
Ángela Giraldo es coordinadora nacional de formación, y es la encargada de apoyar los procesos de desarrollo de capacidades en equipos pedagógicos, así como referentes afectivos y colaboradores/as de Aldeas Infantiles SOS Colombia. Hablamos con ella sobre cuál es la relación entre hogar y educación en la primera infancia, así como en conocer recomendaciones y tips para realizar un acompañamiento educativo a los niños y niñas.
Esta entrada es la continuación del especial de familia. Puedes consultar la primera entrada aquí sobre la relación entre familia y colegio, y la segunda entrada que puedes leer aquí es sobre la relación entre familia y hogar.
En este artículo nos centraremos en conocer la relación hogar y educación en la primera infancia.
Hogar y educación en la primera infancia
Para entender la relación entre hogar y educación, así como realizar un adecuado acompañamiento educativo para la primera infancia, Ángela Giraldo nos cuenta que es indispensable que reconozcamos que padres y madres proyectan en sus hijos unas expectativas, esto se relacionará a cómo se imaginan que será su hijo, así como la persona que esperan que sea el niño o niña que llega a su vida. “Se debe ser consciente de esta proyección, y evitar idealizaciones, reconociendo a esa nueva persona que llega a nuestra familia, con sus particularidades, habilidades y limitaciones”, dice Giraldo.
La Coordinadora Nacional de Formación explica que la forma para no perderse en esta proyección, que puede generar una idealización de las hijas o hijos, es acoger al hijo/a: “Recibirlo de manera genuina, en todo lo que ellos son, sus formas de ser, sus estructuras de personalidad, sus posibilidades, pero también sus limitaciones”, afirma. Este reconocimiento hará que madres, padres y cuidadores se preparen para acompañar la vida de este nuevo integrante de la familia.
Y es que, a través de este reconocimiento, se sustentará la relación entre estudio y hogar, una relación que además de ser permanente es muy estrecha, ya que, desde los primeros años, se debe conocer al niño o niñacomo sujeto, como una persona única que aprende de una forma particular .
“Al reconocer al niño/a tal y como es, se reconoce que necesitamos conocer a nuestros hijos o hijas, más allá de proyecciones, tener la oportunidad de mirarlos, de visualizarlos, de escucharlos con sus miedos, angustias, tristezas, y con las limitaciones que a veces no queremos ver, permitirnos acompañar estos procesos, verlos tal y como son, quitarnos el ideal de lo que queremos ser el niño y la niña, mirarlos de manera particular”, afirma, Ángela Giraldo frente a esta acción de observación intencionada.
Características del acompañamiento educativo para la primera infancia
En los primeros años de colegio, hay un proceso donde se dejan a los niños y niñas en manos de los profesores, pero este proceso no debe implicar una ausencia por parte de los padres que deben estar allí apoyando, entendiendo que en la relación de estudio y hogar existe una corresponsabilidad, ya que como explica, Ángela Giraldo, “hay conocimientos enmarcados en el colegio, pero hay otros que solo se pueden adquirir al interior del hogar, como adquirir hábitos, generar disciplina y disfrutar lo que se hace”. La Coordinadora Nacional de Formación sintetiza este proceso así: “en esa primera etapa nos preparamos para soltar y para acompañar desde otro lugar a nuestros hijos/as”.
En este proceso es sumamente importante reconocer que las niñas y niños tienen sus particularidades, ya que, como explica Ángela Giraldo, “los niños y niños no han sido visibles para los adultos a lo largo de la historia”, de ahí que resulte imprescindible hacerlos visibles, fijarse en cómo actúan, cómo interactúan, qué les gusta, para comprenderlos/as desde su mirada, desde sus reacciones y sentires, en lugar de usar una mirada de un adulto, porque “leerlos es hacer visible lo que sucede en su mundo”, continúa Ángela Giraldo.
Es de acuerdo a ese reconocimiento, que los cuidadores, madres y padres podrán ver cuáles son las potencialidades de cada niña y niño, y de esta forma se podrá acompañar cada situación del proceso escolar, donde se guía, pero se va alentando su autonomía y su aprendizaje.
¿Qué pautas de acompañamiento familiar son claves en el desarrollo infantil durante la primera infancia?
En la primera infancia hay cinco dimensiones del desarrollo que es importante conocer y saber cómo acompañar, explica la Coordinadora Nacional de Formación.
La primera dimensión: es la del desarrollo cognitivo, esta dimensión se relacionará con una adecuada alimentación y nutrición, así como en estimular el desarrollo neuronal que ayudará a la niña y niña para su futuro aprendizaje, esto último se puede hacer, por ejemplo, fomentando la lectura en la primera infancia.
La segunda dimensión: es la del desarrollo físico, donde se incluye no solo la alimentación, sino también el movimiento y la recreación, las habilidades a través del juego, así como destrezas físicas, habilidades que madres y padres tienen la responsabilidad de acompañar e impulsar,
La tercera dimensión: es la del desarrollo social, una dimensión que se refiere a la interacción con otros, en cómo empiezan los niños y niñas a relacionarse con sus pares, pero también con otros adultos, acompañando para que estas relaciones estén mediadas por el respeto y la solidaridad.
La cuarta dimensión: es la del desarrollo emocional, una dimensión donde es necesario validar que el adulto tiene emociones pero que no lo controlan, así como transmitir que ellas y ellos tienen esa capacidad de expresar sus emociones, así como de manejarlas.
La quinta dimensión: es la del desarrollo espiritual, esta dimensión debe ser entendida como una formación que se establece en la manera de relacionarse con los seres que sienten, con la naturaleza, con los animales, con cómo formar a los niños y niñas para la empatía, la compasión, la generosidad, así como de cultivar la capacidad de agradecer y de ser humilde.