abril 18 2020
Un camino hacia nuevas oportunidades
Dayana Sequera es una venezolana que llegó a Colombia desde Barquisimeto, Venezuela, en compañía de su hermano Freyker, de 16 años, Dayerson de nueve, su bebé Dayrana de tres, y su niño Dayberson de seis, quien sufre de una parálisis cerebral que limita su equilibrio al caminar. “Realmente uno se viene de allá por el hambre. Porque nosotros teníamos casa propia, no de lujo, pero teníamos casa. También tenía trabajo, pero uno se mata toda una semana y el sueldo le alcanza solo para una harina”.
Su recorrido para llegar a Colombia fue largo. Luego de tomar un bus por más de diez horas hasta San Antonio del Táchira, ciudad venezolana fronteriza con Cúcuta, caminaron hasta cruzar la frontera, en donde tuvieron que encontrar la manera de alimentarse y llegar a su destino, pues los bolívares (moneda venezolana) que les quedaban ya no tenían ninguna validez en Colombia. Su única opción fue caminar.
Dayana y su familia caminaron por más de 48 horas hasta Pie de Cuesta, Santander, así lo relata ella: “cargaba una maleta grande en la espalda y a Dayberson lo cargaba adelante; a mis otros dos hijos y mi hermano les tocaba caminar”. Durante su trayecto, tomaban algunas horas para descansar y pedir alimento y, en las noches, dormían debajo de los techos de algunas casas o restaurantes, para en la mañana volver a comenzar.
Tras la tormenta llega la calma
Una de esas mañanas, después de haber caminado por algunas horas más, su historia se complicó. Cuando hicieron una parada en un semáforo para descansar, una señora en un carro llamó a uno de sus hijos. “mi bebé cruzó la calle porque una señora le mostró unos panes y un billete para regalarle, él recibió los panes y cuando regresó, una moto lo atropelló”. Dayerson ingresó de urgencias al hospital porque el accidente le causó la fractura de su pierna derecha.
Para Dayana esta situación cambió completamente su rumbo y no pudo seguir hasta su destino final en Montería, Córdoba, donde la esperaba su hermana; por el contrario, pasó varios días en el hospital esperando la cirugía de Dayerson -intervención que cubrió el seguro de la moto porque en su condición de irregularidad no tenían fácil acceso a la atención en salud.
El tiempo en el hospital fue de preocupación constante, pero también se convirtió para la familia de Dayana en una oportunidad, pues fue allí donde conocieron sobre de Aldeas Infantiles SOS Colombia y la atención que brinda la organización en Floridablanca.
Dayana, su hermano y sus otros dos hijos fueron llevados a la Aldea de Floridablanca, en donde también se cuenta con un espacio que funciona como albergue temporal “aquí nos han tratado demasiado bien. Nos han dado alojo, comida, un techo, no hemos aguantado frío, no hemos pasado hambre, no hemos aguantado sed, no hemos caminado”.
Para esta mujer y su familia, Aldeas Infantiles SOS se convirtió en su casa por más de 15 días debido a su situación. El equipo la acogió junto a su familia y les brindó las mejores condiciones para su estabilidad emocional y la recuperación de Dayerson.
Durante esos quince días ella se convirtió en la cuidadora del albergue, apoyando a las familias que llegaban día a día y siendo su guía. Sus hijos vivieron momentos de felicidad acompañados del equipo de Aldeas, quienes se tomaban la tarde para realizar actividades, jugar con ellos y recordarles la importancia de cumplir sus sueños. “Yo quiero un gran futuro para mis hijos, que tengan una buena alimentación y puedan tener estudios. Yo espero trabajar pronto porque acá con el pagó del mes sí alcanza para un buen mercado. Colombia es un buen lugar para que mis hijos crezcan y cumplan sus sueños”, dijo Dayana.