Tratarnos sin violencia

Sabemos que después de 25 siglos de historia de occidente, enseñados a ver a los hijos como propiedad de los padres ‘pater familia’ y de pensar que lo que pasa dentro del ámbito familiar no puede ser asunto sino de la familia, este proyecto puede ser malinterpretado por algunos movimientos y personas que tal vez, no se han dado “la pela” de leerlo bien.

Vamos a aclarar unos puntos:

1. Qué quiere la ley “Prohíbase el uso del castigo físico, los tratos crueles, humillantes o degradantes y cualquier tipo de violencia como método de corrección contra niños, niñas y adolescentes por parte de sus progenitores, representantes legales o por cualquier otra persona encargada de su cuidado, en cada uno de los diferentes entornos en los que transcurre la niñez y la adolescencia”.Si en la parte de niños, niñas y adolescentes estuviera escrito su nombre ¿Qué pensaría?
2. El proyecto tiene un fin pedagógico, no penal ni sancionatorio. Se busca empoderar a las familias en prácticas positivas de crianza. Entiéndase bien, ¡NI PENAL NI SANCIONATORIO!
3. Los niños y las niñas son sujetos de derecho, esto quiere decir que NO LE PERTENECEN a nadie ni a la mamá ni al papá ni al Estado. Y por lo tanto ninguno puede actuar en torno a ellos como a bien le parezca. El proyecto pide criar llevando en una mano el amor y en la otra los derechos de los niños y niñas.
4. La educación de la niñez es fundamental y la familia es la primera responsable de ello. Nadie la reemplaza, lo mejor que le puede pasar a un niño es crecer en una familia amorosa. Se pide que la crianza se haga observando los derechos fundamentales, prevalentes y superiores de los hijos.
5. Basados en lo anterior, la ley exige que no se pueda golpear a los niños. No podemos golpear a las personas en su calidad de seres humanos: mujeres, indígenas, afrodescendientes. Todos somos iguales como personas, pero los niños son nuestros superiores en derechos.
6. La humillación, el encerramiento, el trato negligente deja heridas en el alma. Así que los argumentos empiezan a tener carácter científico, respaldado por cientos de publicaciones indexadas que demuestran que los niños que han sido sometidos a los que describimos: castigo físico y humillante, tiene mayor probabilidad de sufrir: depresión, ansiedad, episodios de miedo y tristeza, pero también, de iniciar con mayor prontitud consumo de SPA, de aceptar para sí mismo tratos semejantes en sus relaciones de pares y en continuar validando para sus propios hijos la crianza con práctica violentas.
7. El castigo físico, en ausencia del maltrato, o sea, lo que la gente considera ‘educativo’ palmadas, varitas, chancletazos, ha sido estudiado en sujetos por más de 25 años y la revista Pediatrics ha venido publicando los resultados. Estos chicos se enferman más: artritis, problemas cardiovasculares y obesidad, son algunos de los efectos del castigo físico y humillante.
8. En Derechos Humanos. 8.     En Derechos Humanos. El prohibir que a los niños les puedan pegar lo piden: Convención sobre los Derechos del Niño, que es el tratado en derechos humanos más ratificado en el mundo, 193 países y entre ellos Colombia. Lo exige a Colombia el Comité interamericano de Derechos Humanos que le recomienda “ponerse al día con la niñez” teniendo una ley que de manera explícita mande el mensaje “Se prohíbe el castigo físico, humillante y degradante”. Finalmente, pero solo para no hacerlo largo, el Comité Internacional de Derechos del Niño, ha manifestado la incompatibilidad de los castigos corporales con la dignidad de niñas, niños y adolescentes y ha señalado que el castigo físico, aunque sea leve se considera lesivo a sus derechos y puede derivar en consecuencias negativas para su desarrollo y comportamiento, tanto en el corto como en el lago plazo.

Pero lo más importante, lo piden 16 millones de niños y niñas que no quieren ser golpeados ni humillados. Es su derecho. Lo invitamos a ser un nuevo Aliado de la Niñez y a unirse con nosotros #SinGolpeNiGritos #SíALaLeyCOntraCastigoFísico @alianzaninez para que la aprobación sea una realidad en el Congreso, mismo recito que aprobó las leyes que le dan fundamento a esta petición.

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