SerFamiliaSustituta
noviembre 3 2020

Ser familia sustituta: el hogar de Nelly y Érica

Conoce en esta nueva entrada a dos familias sustitutas, lee más sobre qué es ser madre sustituta. Y acompáñanos en la cotidianidad de una familia.

Érica: el rostro amoroso de una familia sustituta 

Érica vive en Lérida, Tolima, y el 2 de septiembre su familia cumplió un año de ser una familia sustituta. Su camino como madre sustituta ha estado lleno de momentos gratificantes, recuerda, por ejemplo, a una niña que estuvo bajo su cuidado y lo emocionada que se sintió al ver su avance académico. 

Érica dice que todos los niños y niñas que han pasado por su hogar han dejado huella. Para ella, sus hijas y su esposo, cada niña o niño que llega se vuelve parte de la familia y por eso les han brindado amor y cariño. 

Recuerda con ternura a Hanna y Mariana, dos hermanas a las que acogió y les brindó calor de hogar, “recuerdo que Hanna era agresiva cuando llegó, pero con amor y ternura, a través de caricias y mi rol de madre, se sintió más segura”. 

Una familia sustituta: sus integrantes 

Érica nos cuenta que su familia la integran su esposo, sus dos hijas y su hijo, de 14, 20 y 22 años, respectivamente. Ellos dan vida al hogar sustituto que brinda seguridad y amor, porque para Érica trabajar por la infancia es “una labor muy linda, porque lo que mejor que le puede pasar a una es ser una mamita sustituta, la recompensa es el amor”. 

Para esta madre sustituta su hogar al brindar amor y cariño logró que los niños que llegaron a su casa avanzaran, que sintieran que eran queridos, como Ingrid, que con paciencia fue aceptándola a ella como a una madre, y fue dejando su actitud de rechazo y agresividad. Para Érica la clave está en la paciencia, en explicarles que ellos están allí para acogerlos y para hacerlos sentir como en casa. 

Origen de una vocación

Su vocación nació porque vivió en una familia grande, rodeada de muchos niños y niñas, donde aprendió a compartir. Erika recuerda, además, que le gustaba mucho reunirse en fechas especiales con sus primos, hermanos y sobrinos, para los últimos ella es “Tita” y la respetan y quieren mucho. Esta vocación se concretó en el trabajo que realiza en Aldeas Infantiles SOS Colombia, una organización que según manifiesta le ha brindado apoyo y la ha inspirado para ejercer una labor hermosa y por la que está muy agradecida. 

 Érica expresa sobre su familia que es todo para ella “, representa estar pendiente de mis hijos, de mi esposo, de mi casa (…) al igual que ser una madre sustituta significa asumir ese rol de cuidado y fraternidad hacia una persona que ha vivido muchas cosas y que necesita el amor de una madre”. 

Nelly: una madre sustituta con mucho corazón

Nelly es educadora, ejerció la docencia durante cinco años antes de convertirse en madre sustituta. Su vocación de cuidado la llevó a trabajar desde 2003 en hogares sustitutos, esta experiencia le aportó muchos conocimientos y experiencias. Se describe como una persona muy religiosa, cariñosa sin dejar de ser exigente y hacer que su familia cumpla los acuerdos, y está segura que con “amor todo se puede lograr”. 

En su familia, ahora acoge a niñas adolescentes de 12 a 15 años con el acompañamiento de Aldeas Infantiles SOS Colombia, organización que conoció a través de familiares. Cuenta que “el papel como madre sustituta ha sido una experiencia muy bonita, ya que ha sido una oportunidad para brindar apoyo, amor, y ofrecer cuidado a niños y niñas cuyos derechos han sido vulnerados”. 

Retos de ser una madre sustituta

Nelly dice que los mayores retos de ser madre sustituta es ofrecer amor y transmitirlo a través de muchas maneras, porque cada niño es diferente y ha vivido historias distintas. Ante el rechazo de algunos niños, ella afirma que la solución ante estas reacciones es el amor y el diálogo, ambas características son fundamentales para su labor, ya que así hace de su hogarun lugar seguro para cada niño y niña que llega. 

Y es que ser madre sustituta para Nelly, si bien es una experiencia que la ha marcado y laenorgullece, también ha sido un reto, especialmente en los momentos de separación. Nelly evoca cuando en el 2003, tuvo que separarse de una niña que llegó siendo bebé y que estuvo con ella hasta los tres años,  esa separación fue difícil y dolorosa pues la sentía como su hija (la niña por fortuna encontró una familia adoptiva en Estados Unidos). Un día en una familia sustituta  

Un día en una familia sustituta

Para compartir más la labor de madre sustituta y de una familia sustituta Nelly compartió un día de su cotidianidad. 

Ella cuenta que se levantan a las 6 de la mañana, se organizan y ora. Acompaña a las niñas que acoge, ellas comienzan clases virtuales a las 8 de la mañana. Para ella, antes de comenzar el día es importante compartir un momento en familia por eso, siempre toman el desayuno juntos. 

Cuando su esposo sale a trabajar, llega también una señora que los ayuda con las labores de la casa, luego las niñas se dedican al estudio, y alrededor de las 10 de la mañana toman un refrigerio y hacen una pausa junto con Nelly.  

Luego, cada uno de los integrantes de la familia se dedica a sus deberes, hasta que vuelven a compartir un momento en familia cuando su esposo llega y almuerzan todos juntos. Ella resalta la importancia de que cada uno ayude en estos momentos y se repartan las tareas del hogar. 

Nelly está pendiente de las niñas, y luego retoman sus tareas escolares. Alrededor de las cuatro miran televisión, hay días que hacen actividad física o ven películas, es un momento para relajarse y compartir un rato de esparcimiento.  

A las seis comen juntos, ella ora de nuevo hacia las siete y, finalmente, a las nueve de la noche la familia se va a descansar. 

Qué es una familia sustituta y una madre sustituta en las palabras de Nelly

Para Nelly una familia es un apoyo y, sobre todo, un conjunto de acuerdos que hacen que la opinión de todos sea importante. Otro de los elementos importantes para una familia es el amor y los principios, resalta. En cuanto a ser una madre sustituta para ella significa brindar amor, comprensión y asegurar los derechos de niños y niñas que acoge.  Ambas, Nelly y Érica, junto con sus familias sustitutas ofrecen una oportunidad para que niños, niñas y adolescentes sientan el calor de hogar.