#HISTORIASOS
– septiembre 10 2020
Lili quiere lograr más sonrisas. Una historia de fortaleza, una historia SOS
“Estudié odontología porque quería lograr que más gente sonría”
Conoce la historia de esta joven que tuvo la experiencia de vivir en dos Familia SOS y dos Aldeas juveniles.
Lili* ama las grandes sonrisas, las películas románticas, los paseos al río, los planes tranquilos, la sinceridad y fuerza de la comediante Alejandra Azcárate. Quizá si alguien la viera en la calle con su cabello negro, su tez morena y su voz entre cálida e intempestiva no alcanzaría a imaginar la gran historia de vida que tiene por contar esta joven. Hoy su vida es fuente de orgullo para su familia, sus amigos y quienes la acogieron en una de nuestras aldeas hace varios años.
A ella, sus amigos la llaman Lili* y las personas más cercanas, ‘Negra’ y ‘Mana’. Su historia de vida es un ejemplo de superación, fortaleza y, sobre todo, de apoyo. Ella afirma “que es una mujer que sabe lo que quiere”. Esa posición de joven decidida y proyectada con su presente y su futuro, es el resultado de un proceso, donde entre muchas cosas, vivió en dos Familias SOS y en dos comunidades juveniles de Aldeas Infantiles SOS.
Lili*, la protagonista de una historia de fortaleza
Lili* recientemente se graduó como odontóloga y, según relata, Aldeas Infantiles SOS la alentó en su la decisión profesional, para ella la organización ha sido parte significativa de su vida.
“Yo inicialmente no tenía claro qué era lo que quería estudiar, tenía claro era que me gustaba la parte artística y también me gustaba mucho la parte social, la voz social, como ayudar a las personas, empecé a indagar, y encontré en la odontología estos dos componentes, podía desarrollar mi parte artística y al mismo tiempo ayudar a las personas” nos cuenta.
En su grado, no cabía de la emoción, no podía creer que hubiera llegado a esta allí, que las largas jornadas de universidad y el reto que representó la adaptación del colegio a cursar una carrera, por eso, el día que recibió el diploma que la nombraba como odontóloga, sentía entre lágrimas de alegría que había alcanzado un gran logro profesional.
Una historia SOS llena de expectativas y sueños
Lili* recuerda su entrevista en la universidad y que Lorena, una asesora de Aldeas Infantiles SOS, la acompañó. Estaba nerviosa, algo temerosa. Ese día, primero tuvo la entrevista con el psicólogo y luego con el decano, a quien le sorprendió que una joven del sistema de protección estuviera allí. Fue hasta el día siguiente que la notificaron de que había sido aceptada. Era la primera alegría en este camino para convertirse en odontóloga.
Pasaron muchos días y muchos esfuerzos, antes de que aquella aprendiz pudiera atender a don Carlos, su primer paciente. Lo recuerda amable y muy agradecido. Ella sintió mucha alegría porque había ayudado a sonreír a alguien, fue un momento feliz para Lili*.
Una historia de fortaleza que no se detiene
Lili* recuerda que su camino profesional tuvo grandes retos , uno de ellos fue la adaptación del colegio a la universidad, en esta época el apoyo de su Tía SOS fue fundamental para afrontar la presión de la universidad, la dificultad de algunas áreas de conocimiento como la parte clínica y, por supuesto, para el cuidado y bienestar. Cuenta Lili* que su Tía, entre las cosas que hacía, era levantarse muy temprano para cocinar lo que ella llevaría para el almuerzo.
Nos dice que “Uno nunca termina de estudiar, por eso, dentro de mis proyectos está seguir estudiando, seguir nutriéndome, actualizarme, quiero especializarme. En la parte laboral tengo el proyecto, de quedar en el año de rural, un año donde puedo empezar adquirir experiencia laboral, luego de esto, quiero ubicarme laboralmente en algún lugar que me pueda brindar estabilidad. Como me gusta mucho la parte del servicio social, uno de mis proyectos es poder brindar mi profesión a las personas que más lo necesiten, y a futuro poder emprender un consultorio, también, en la parte personal quisiera ayudar a mi mama, poder volver a estar con ella, no a vivir, pero sí poder tenerla más cerca, apoyarla y emprender un proyecto de vivienda juntas, que es el sueño que siempre ha tenido y el que yo siempre he tenido, también en un futuro acomodarme con una familia y lograr la estabilidad y tranquilidad que siempre he querido para mi vida”
Ante el proceso de independización, esta joven tiene algunos temores como el asumir todas las responsabilidades, pero no son más fuertes que las expectativas que tiene de vivir esta experiencia. Durante todo su proceso de profesionalización ha recibido mucho apoyo de su mamá, sus dos hermanos y su sobrino. Al igual que de sus referentes afectivos, que conoció en la aldea de Cali durante el tiempo que vivió en una Familia SOS y, luego en una Comunidad juvenil.
“En Aldeas, yo personalmente he aprendido a ser más empática, a tener autonomía, habilidades de liderazgo y sobre todo aprovechar todas las oportunidades que se me presentan, considero que los aprendizajes que tuve tendrán un impacto positivo en un futuro profesional, me pueden abrir muchas puertas, además que estos aprendizajes se complementan con mi profesión, el impacto de aldeas en mi vida ha sido muy positivo.” Nos dice Lili*.
Su experiencia en Aldeas Infantiles ha sido una fortuna
Recuerda que sus referentes afectivos le han demostrado el interés y el apoyo en cualquier circunstancia, como una vez en la que su tía Lucy, caminó mucho buscando un colegio para que estudiara o el esmero con el que ella se levantaba muy temprano para preparar el almuerzo que llevaría a la universidad.
“He sido muy afortunada porque he tenido varios referentes afectivos, durante el tiempo que llevo en Aldeas Infantiles he estado en dos familias SOS y en dos comunidades juveniles, y he tenido varios referentes, como mi primera madre SOS quien me apoyó durante el proceso terapéutico, y fue un punto clave, siempre estuvo ahí presente conmigo. Después, mi segunda madre SOS, me apoyó en mi proceso universitario, de primero a quinto semestre, , ella ha sido y es muy importante para mi vida. También, las dos educadoras de las comunidades juveniles han sido importantes en mi proceso. Realmente me he sentido afortunada porque no tengo un solo referente sino que tengo varios, lo que me hace sentir agradecida y feliz, y es que gracias por los esfuerzos de todos, los que aportaron un granito de arena para que hoy pueda decir que terminé, que lo logré”
De estas Familias SOS, donde se sintió apoyada pasó a una comunidad juvenil, donde el ambiente era muy tranquilo y amigable; sin embargo, prefiere la comunidad juvenil de ahora, ya que allí está su hermano menor.
Lili* dice que a quién más admira en la vida es a su mamá, porque es una mujer que le enseñó los valores como el respeto, la honestidad y que si tuviera que describirla con una palabra sería: fortaleza, porque ella ha sido una mujer luchadora.
Otra de las personas que admira es su hermano, que asumió un rol de liderazgo en su familia y que sin titubear lo caracterizaría con la palabra solidaridad, por su entrega e interés por ayudar a otras personas.
Como la de Lili*, en cada Familia SOS y comunidad juvenil hay cientos de historias llenas de vida, fortaleza y mucho aprendizaje, así como de logros y sueños cumplidos que se celebran en familia.
*Los nombres han sido cambiados por protección.