Este nuevo especial Voces de familia se basa en una investigación realizada por Aldeas Infantiles SOS Colombia. Con él se dan a conocer las distintas perspectivas de las familias que han vivido la perdida parental de sus hijos. El objetivo de esta investigación fue indagar sobre las características de estas situaciones, así como comprender sus sentidos y significados.
En esta segunda entrega abordaremos las fortalezas y debilidades que los distintos actores perciben frente a las familias intervenidas. Esto con el fin de comprender mejor lo que viven dichos hogares.
Puntos de vulnerabilidad de las familias: la voz que da alertas
Condición económica: puntos de divergencia
El primer elemento que se analiza como aspecto de vulnerabilidad en las familias estudiadas es la condición económica.
Sobre este aspecto los cuidadores opinan que es una de las causas de dificultad de las familias, ya que, según exponen, los padres tienen trabajos informales y con frecuencia solo trabaja uno de ellos. Además, la mayoría de las madres son cabeza de hogar, quienes trabajan en oficios domésticos o en la informalidad.
Contrario a esta posición los profesionales de apoyo comentan que solo en dos casos de los cinco estudiados, consideran que las condiciones económicas son una dificultad importante.
Por otro lado, en la perspectiva del ICBF, de los defensores de familias y de los profesionales psicosociales de la defensoría, las condiciones de pobreza que viven las cinco familias son identificadas por las condiciones difíciles de la vivienda o las dificultades para conseguir empleo. Ellos comprenden este aspecto y consideran que es un problema que repercute en la salud, nutrición o protección de los niños y niños de estos hogares.
En esa comprensión de la pobreza, uno de los profesionales del ICBF comenta cómo esta situación proyecta la pobreza estructural que genera inequidad social, hablando del contexto donde viven las familias: “Es un barrio de invasión en un cordón de miseria al lado de un edificio inteligente de la ciudad de Cartagena. Es un cordón de 50 casas de tabla de bareque. Es la contradicción entra la hermosa Cartagena y la pobreza. Ahí está la inequidad, donde está la opulencia con la vulnerabilidad social. Es un cordoncito allí de vulnerabilidad”, afirma el Defensor de familia.
Ninguno de los entrevistados identificó la condición económica como una de la fortaleza de las familias.
Cuidado y garantía de derechos
Las dificultades con respecto al cuidado y la garantía de derechos en las familias se asocian a la situación económica, siendo factores que lleva a los defensores a intervenir a las familias. Si bien lo anterior, algunos profesionales del ICBF resaltan las fortalezas de las familias al observar que garantizan educación, salud y alimentación.
Clima de afecto y apoyo
Los defensores de familia afirman que este aspecto es una fortaleza que está presente en la mayoría de las familias estudiadas (solo resaltan la falta de apoyo de las madres a sus hijos en dos casos puntuales). Por su parte, los cuidadores de familia reconocen que el ambiente afectivo es una fortaleza de las familias, esto lo ven en la unión, la comprensión, el cariño, las buenas relaciones y el respeto.
También los niños, niñas y adolescentes que han vivido una separación y que viven en instituciones señalan el buen clima afectivo. Mientras que los cuidadores de familia describen conflictos entre parejas y hermanos, así como dificultades en la convivencia.
En general casi todos los entrevistados resaltan los vínculos afectivos y las formas de apoyo que existen entre los miembros de las familias, así como exponen que también existen algunas dificultades en este aspecto.
Principales fortalezas y dificultades de las familias: a manera de cierre
Del estudio realizado, que se puede descargar aquí, se infiere, a manera de conclusión, que las familias tienen como mayor fortaleza el clima afectivo y las redes de apoyo. Por otra parte, la mayor dificultad es la situación económica de los hogares, ya que esta es un obstáculo para garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
En las familias estudiadas no existen casos de abuso físico o psicológico que hayan causado la separación parental, por ende, las condiciones que generaron retirar al niño, niña o adolescente de su familia pudieron evitarse si hubiera existido un apoyo externo.