Durante la primera semana de octubre se realizó en Riosucio, Caldas, el primer campamento juvenil ‘’Tejiendo líderes y protagonistas de sus derechos’’ , el evento tuvo como propósito incrementar la participación de adolescentes y jóvenes, provenientes de los diferentes programas de Aldeas Infantiles SOS Colombia, intercambiar experiencias y fortalecer el ejercicio de sus derechos.
El Resguardo Indígena de San Lorenzo y sus respectivas comunidades, recibieron a 35 campistas dispuestos para la aventura, los cuales se dieron cita no solo para aprender sobre sus derechos, sino para reconocerse como sujetos que pueden transformar la realidad de Colombia desde sus prácticas cotidianas.
El desarrollo de las temáticas estuvo acompañado de largas caminatas a través de las diferentes zonas del resguardo Embera Chami, como Tunzará, Bermejal, San Jerónimo, Lomitas, Veneros, Honduras y Llano Grande. En las noches, había minga alrededor del fuego para conocer otras culturas, sonreír, bailar y descansar en campo abierto.
Las voces de adolescentes y jóvenes se unieron para dar a conocer la vivencia de los derechos humanos en sus territorios; expresaron que en Aldeas Infantiles habían encontrado la posibilidad de crecer en una familia protectora, donde hay libertad de expresión, respeto por la diversidad y sobre todo apoyo a sus proyectos de vida.
‘’Aldeas vive sus derechos y responsabilidades con liderazgo, actitud y oportunidad’’, ‘’Nos conocemos, nos integramos y con derechos y valores todos participamos’’ fueron algunos lemas creados por los jóvenes que reflejaron su opinión y sentimientos.
Wilson Andrés Largo, Consejero departamental de juventud del resguardo, en una de las caminatas habló sobre el campamento: para nosotros es realmente importante y muy grato contar con personas que vienen de diferentes culturas, ya que compartir con jóvenes de otras partes del país es un éxito total para nuestro proceso organizativo en temas de juventud, infancia, adolescencia y familias, adicionalmente podemos retroalimentarnos con diferentes procesos desarrollados en cada uno de sus territorios.
Esta experiencia cargada de alegría, compañerismo, solidaridad, respeto a la diversidad y misticismo, finalizó con un ritual embera en el cual se retornó a lo sencillo y vital, dejando una invitación abierta a ser agentes de cambio y a poner en práctica lo compartido.
‘’Debemos ser amorosos, confiar en nosotros mismos, debemos creer y debemos ser fieles a nuestra conciencia para poder ser pacíficos, para poder dar amor, para poder hacer lo correcto’’
Frase de Willian Betancur en Ritual de reflexión.