OrgulloSOS
– agosto 13 2013
Un joven de Aldeas Infantiles SOS obtiene una beca en Harvard
Muchos jóvenes sueñan con estudiar en la Universidad de Harvard, una de las más prestigiosas del mundo.
Para Mekidem Tamirat, que creció en la Aldea Infantil SOS de Hawassa en Etiopía, llegar a Harvard es algo más que un sueño.
Mekidem, de 20 años, ha obtenido una beca para la Universidad de Harvard, donde estudiará Ciencias.
Se incorporará a esta universidad después de haber completado el pasado junio el Bachillerato Internacional del Instituto Internacional Hermann Gmeiner en Ghana, logrando las mejores notas de su clase.
Lea aquí el testimonio de Mekidem:
Han pasado 12 años desde que llegué a la Aldea Infantil SOS de Hawassa. Como cualquier niño de Etiopía, crecí jugando a juegos como “Korki”, “Abarosh” y otros parecidos. Desde los primeros años en Aldeas, desarrollé interés por el deporte. Tengo recuerdos inolvidables del tiempo que pasé en la Aldea: los torneos en los que participé, los clubs a los que me uní, los viajes que disfruté con mis amigos, los hitos académicos, los amigos y familia que encontré allí, las risas que compartí con mis hermanos, mi madre y también con mis profesores, las lágrimas que vertí cuando echaba de menos a mis amigos… Todas las experiencias de las que disfruté siendo niño.
Quizás una de las experiencias más significativas para mí fue ayudar a mis hermanos con sus estudios… cuando empecé a trabajar con ellos, cada semana, me sorprendió su creatividad. Se habían visto obligados a ser independientes desde una edad muy pequeña y, aunque había sido un proceso difícil, lo habían convertido en algo positivo. Cuando los veía estudiando con tanta ilusión me llenaba de orgullo. Si soy sincero, echo de menos muchos momentos felices de mi infancia.
Cuando supe que había recibido una carta de admisión de Harvard, celebré la noticia con mucha alegría. Sin embargo, también me doy cuenta de que conlleva una gran responsabilidad. La experiencia de trabajar con mis hermanos en Aldeas me ha enseñado que la vida no tiene que ver sólo con los éxitos académicos, sino que también con el corazón. Lo que hice ayudándoles a ellos me ha animado a formarme como educador en la universidad, me ha despertado una nueva pasión; me he dado cuenta de que la educación, la infancia, las familias y el desarrollo de los jóvenes me preocupan mucho.
Me gustaría trabajar en estos campos e investigar para mejorar la educación en mi país, especialmente en las zonas más necesitadas. Mi objetivo es cambiar las vidas de los niños en las comunidades más pobres. Espero que mi formación universitaria me dote de las habilidades y experiencias necesarias para mejorar la vida de mi comunidad.
Confío también en volver a Aldeas, al lugar donde tuve toda multitud de experiencias, para ayudar a los niños a forjar su carácter e impulsar su inteligencia emocional, social o académica, para que en el futuro se conviertan en ciudadanos activos y productivos. Por ello, espero acompañar mis estudios de Ciencias con una formación complementaria en Educación o Psicología.
Desde que era pequeño, siempre he tenido un gran interés por los números y las ciencias. Participé en varios concursos de matemáticas en nuestro colegio y también en el municipio. Siempre fui uno de los mejores de mi colegio. En la universidad, quiero utilizar estos conocimientos y habilidades de forma creativa y aplicarlas a algún programa de investigación. Creo que es posible aplicar las matemáticas en muchos campos, sea cual sea mi profesión. Aún no he elegido especialidad, quizá opte por Ingeniería Aeroespacial o Matemática Aplicada.
No quiero terminar mi testimonio sin expresar mi agradecimiento a Aldeas Infantiles SOS por hacer posibles mis sueños. Cuando empecé el Bachillerato, entrar en Harvard era una de mis metas, pero ahora tengo que aspirar a más. Creo profundamente que “el éxito es el viaje, no la meta”, por ello, estoy dispuesto a trabajar mucho en los próximos años.