La siguiente historia inicia en la población de Buenaventura, ubicada en el departamento del Valle; puerto marítimo más importante sobre el océano pacífico de Colombia. Todo comienza cuando los padres abandonaron a muy temprana edad a los hermanos Sánchez: Margarita y Felipe, dejándolos a cargo de una tía paterna quien al parecer sufre de epilepsia y quien por precarias condiciones económicas y de salud decide solicitar ayuda y los entrega al sistema de protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar el 14 de diciembre de 2.000; es decir cuando Margarita tenía tan solo 5 y Felipe 2 años de vida; es decir que a muy corta edad deben asumir la pérdida de su cuidado parental.
Durante el proceso de atención en protección de este par de pequeños niños, se llevan a cabo diversas diligencias para indagar y obtener mayor información sobre los antecedentes de ellos pero no se obtuvo información alguna, de hecho no volvieron a contactarse con la tía que los entregó.
Teniendo en cuenta lo anterior y que nunca recibieron visitas, se determina para ellos desde el área legal y jurídica la declaratoria de abandono (ahora definida como condición de adoptabilidad) desde el 9 de septiembre de 2.002; es decir 2 años después de su ingreso al sistema de protección.
Es así como nuestro programa en Cali conoce el caso durante el mes de marzo de 2.007 para cuando Margarita tiene 12 y Felipe 9 años; durante el proceso de estudio se establece que ella ha permanecido durante 2 años en el Hogar internado de la Niña y Felipe permanecía en un hogar sustituto. Este aspecto logra poner en evidencia que Margarita no estaba creciendo junto a su hermano.
Durante el acercamiento a este par de hermanos se establece contacto con una de las religiosas de la institución Hogar de la Niña quien expresa que Margarita se caracteriza por ser introvertida, callada, desinteresada frente a la interacción con quienes le rodean: compañeras, docentes, y directivos. Para ese momento presentaba un retraso escolar significativo pues se encontraba cursando su segundo de primaria.
Luego de 4 años de permanencia en la familia de la Aldea, Margarita se destaca por haber adquirido mayores habilidades sociales, desde hace un año fue matriculada en un colegio semestralizado que le implicó un cambio en distintos aspectos como la distancia para desplazarse; ahora el trayecto es más largo, adquiriendo autonomía e independencia; ella refiere “el cambio de colegio me permitió sentirme mejor, pude hacer más amistades y me gusta estudiar”. Cursa los grados octavo y noveno con muy buen rendimiento: “Quisiera estudiar muchas cosas, me encanta cocinar y espero poderlo hacer profesionalmente”.
Poco a poco, MARGARITA ha logrado junto a la madre de acogida; un entorno estable que unido a la posibilidad de permanecer junto a Felipe; le permitieron ir transformándose en una adolecente distinta; ahora se percibe una Margarita que se muestra dispuesta a compartir, iniciar una conversación; incluso podemos verla sonreír y mirar a los ojos con gran fluidez.