15 de Mayo
– mayo 14 2019
Más de 400 niños y niñas en Colombia han podido regresar a sus familias este año
El 15 de mayo se celebra el Día Internacional de las Familias
La organización internacional Aldeas Infantiles SOS, dedicada a ofrecer entornos protectores basados en la familia a los niños y niñas en todo el mundo, informó que en el último año más de 400 niños y niñas en el país, que habían sido separados de sus hogares por parte del ICBF debido a la necesidad de reestablecer sus derechos, fueron reintegrados a sus familias.
Los casos de reintegro exitoso reportados, son producto del acompañamiento que esta organización ha ofrecido a las familias, para que desarrollen capacidades para cuidar y proteger a sus hijos, superando las situaciones que llevaron a la separación.
El anuncio se da en el marco del Día Internacional de las Familias, establecido por Naciones Unidas, y que se conmemora el 15 de mayo de cada año para crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para los niños, las niñas, y los jóvenes.
Según lo afirmó Ángela Rosales, Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS Colombia, “a pesar de que cada niño y niña tiene el derecho a crecer en una familia y a no ser separado de ella, como lo establece el Código de la Infancia y la Adolescencia en su artículo 22, hoy en día hay en Colombia más de 100 mil niños que han tenido que ser separados de sus familias para reestablecer sus derechos por parte del estado, debido a causas como la violencia infantil. De este gran grupo de niños, más de 27 mil crecen en instituciones.”
Las cifras en el país muestran que el 30% de los niños y niñas que requieren de servicios de acogimiento tienen entre 6 y 11 años de edad, y el 46% entre 12 y 17. Un 55% son de sexo masculino.
Las principales causas de separación familiar son el maltrato, la violencia y el abuso sexual, seguidos de situación de amenaza a la integridad, abandono, consumo de alcohol o sustancias psicoactivas por parte de sus progenitores, trabajo infantil, situación de calle y desnutrición.
El derecho a crecer en una familia.
Cuando un niño o niña se encuentra en un proceso de restablecimiento de sus derechos, es una responsabilidad del Estado garantizar que regrese a su familia y hacer el respectivo acompañamiento o buscar otros referentes consanguíneos con quienes pueda crecer y desarrollarse plenamente. Cuando nada de esto es posible, el Estado tiene la obligación de brindar protección efectiva y garantizarles que puedan crecer y desarrollarse en un entorno familiar, modelo que actualmente se encuentra en proceso de mejora.
El trabajo que ha realizado Aldeas Infantiles SOS por más de 50 años en Colombia es el de acompañar a las familias en riesgo para los niños no pierdan el cuidado de su familia. Cuando esto inevitablemente ocurre, la organización brinda entornos familiares basados en el amor, para que los niños y niñas crezcan, mientras que a la par se hace un trabajo de acompañamiento a la familia biológica para el desarrollo de competencias de crianza humanizada, para que el niño o la niña pueda regresar a su hogar y sean superadas las situaciones que llevaron en un comienzo a la pérdida de cuidado parental.
“Trabajamos en conjunto con el Estado para que pueda garantizar que cuando un niño o niña ingrese al sistema de protección del ICBF por la vulneración de alguno de sus derechos, se le brinde un entorno lo más cercano a lo que significa la convivencia en una familia: hermanos y hermanas, participación en las decisiones que los afectan como colegios, forma de vestir, actividades de tiempo libre, y todo lo que implica hacer parte de un grupo familiar”, puntualizó Rosales.
La importancia de crecer en una familia para la vida adulta
En todo el mundo se reconoce la importancia de tener un desarrollo en un entorno familiar, puesto que un niño o una niña que crece en un ambiente así tiene mayores opciones de ser después un adulto capaz, independiente, con habilidades sociales para el diálogo y la concertación, y con referentes afectivos que le sirven de apoyo. Para ejemplificar esto basta con hacernos una pregunta: ¿seríamos los mismos si hubiéramos crecido sin una familia?
Las habilidades sociales que nos sirven de adultos se desarrollan en actividades cotidianas cuando somos niños y niñas, por ejemplo, tener personas a las que queremos y en quienes confiamos, comer en familia, compartir con nuestros hermanos, tener modelos a quienes seguir, tomar decisiones con nuestros padres, dialogar, ser escuchados y construir acuerdos en familia.